Si Michael Crichton y Clive Cussler combinaran su talento para crear la
novela de suspenso submarino más impactante de todos los tiempos, Meg
sería el resultado: una historia despiadada y aterradora que te hará
devorar sus páginas; una aventura acuática sin paradas, salvaje y
estremecedora.
El megalodón dominó los océanos durante setenta millones de años. Era como un gran tiburón blanco de veinte metros y veinte toneladas, y estaba dotado de células sensoriales capaces de detectar el leve campo eléctrico del movimiento de los músculos de su presa a cientos de kilómetros de distancia. No cabe duda de que era el cazador supremo del planeta -era capaz de devorar un Tyrannosaurus rex en escasos segundos- y, aunque se sabe que sobrevivió a los cataclismos que provocaron la extinción de los dinosaurios, se supone que no ha llegado a nuestros días.
El megalodón dominó los océanos durante setenta millones de años. Era como un gran tiburón blanco de veinte metros y veinte toneladas, y estaba dotado de células sensoriales capaces de detectar el leve campo eléctrico del movimiento de los músculos de su presa a cientos de kilómetros de distancia. No cabe duda de que era el cazador supremo del planeta -era capaz de devorar un Tyrannosaurus rex en escasos segundos- y, aunque se sabe que sobrevivió a los cataclismos que provocaron la extinción de los dinosaurios, se supone que no ha llegado a nuestros días.
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