En un lugar de la Mancha, de cuyo nombre no quiero acordarme, no ha mucho tiempo que vivía un hidalgo de los de lanza en astillero, adarga antigua, rocín flaco y galgo corredor.
Una olla de algo más vaca que carnero, salpicón de las más noches, duelos y quebrantos los sábados lentejas, los viernes, algún palomino de añadidura los domingos, consumían las tres partes de su hacienda.. '
Con estas palabras archiconocidas mundialmente inicia sus aventuras una de nuestras obras cumbre de la literatura universal, editada en multitud de ocasiones, adaptada en innumerables representaciones teatrales de todo orden y versiones cinematográficas y traducida a todas las lenguas cultas del mundo.
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